El liderazgo de la araña.
Que los líderes pasen al frente! Pero sólo los líderes,
los auténticos! Aquellos que no necesitan una posición de “jefe” o “gerente”
para sumar voluntades. Esos que se legitiman a cada instante,
independientemente de la “legalidad” de su función.
De esos quedan pocos, verdad?
En esta oportunidad deseo expresarme acerca de un tipo de
liderazgo que no se enseña en las escuelas de Administración: el liderazgo de
la araña. Quien ejerce esta forma de liderar, desarrolla su trama centrado en
una red casi invisible tejida por ella misma y cuya estructura guarda estricta
relación con el espacio ocupado y su necesidad de lograr objetivos.
La araña es depredadora, y generalmente solitaria. Pese a
que posee gran cantidad de pares de ojos, su vista es deficiente. Por ello, usa
la telaraña no sólo para capturar pequeños insectos que caen allí, sino como
una forma de recibir información de manera constante. Cualquier situación que
suceda en la superficie de su trama (sin importar la distancia al centro) es
inmediatamente conocida por su dueña debido a la sensibilidad para decodificar
las vibraciones de la tela.
Quienes trabajan en las inmediaciones de la araña, muy a
menudo conocen de la existencia de ella. Sin embargo, debido a la elección de
su escondite y la transparencia de su entramado, difícilmente puedan verla y
dimensionar su alcance. Eso genera dos cuestiones de tensión en el resto: todos
estarán alerta a sus propios pasos para no caer en la trampa; y nadie intentará
arrebatarle el lugar de líder.
Todo eso se traduce en algo inevitable: la araña
usualmente toma decisiones correctas. Por qué? Porque tiene experiencia como
depredadora: sabe cuándo esperar su turno y cuándo llegar a su objetivo con
velocidad. Lleva un veneno consigo casi tan paralizante como su potencialidad
para dañar. Y, además, cuenta con información casi completa del entorno en el
que se mueve.
Cualquier similitud con la realidad, es pura
coincidencia.