13 ago 2009

Leyenda: tareas difíciles.

Según cuentan las historias de bancarios, existían tres tareas difíciles (casi imposibles) que les eran encomendadas a los nuevos empleados.
La primera de ellas consistía en la búsqueda de una máquina muy particular: la máquina “de encontrar diferencias”. De esta forma, el ingresante pasaba largo rato en el archivo (y antiguamente los archivos eran gigantes) buscando el aparato en cuestión. En ocasiones se formaban pequeños equipos de búsqueda para hacer más divertida la actividad.
Lamentablemente, la máquina “de encontrar diferencias” nunca existió (al menos no estaba en mi sucursal, les aseguro!!).

La segunda y la tercera labor eran algo más sucias. Al finalizar el primer día de trabajo, se asignaba al nuevo empleado la desmotivante, oscura e indeleble tarea de lavar los elementos utilizados durante la jornada. Más precisamente, dos elementos: el papel carbónico y la almohadilla de tinta para sellos…
De más está decir que, al día siguiente, se aceptaban manos manchadas pero solo con uñas limpias!!